LACTANCIA MATERNA ES MÁS QUE LECHE

LACTANCIA MATERNA ES MÁS QUE LECHE

 Hoy, por fin, voy a comenzar a hablaros de lactancia materna.

A los que estáis esperando que os haga un tratado sobre su beneficio con respecto a la fórmula artificial, os haga un listado de ingredientes y os enumere las ventajas a corto, medio y largo plazo del amamantamiento para la madre y el bebé; os diré que no voy a castigaros con un artículo tan largo.

Hay miles de artículos escritos a este respecto que enumeran con todo lujo de detalles estas características.

Quizás a base de habernos empeñado en desmontar la falsa creencia que durante algunas décadas nos llevó a pensar que la fórmula artificial era mejor que la leche materna, nos hemos enredado demasiado en demostrar una obviedad.

Para resumíroslo todo lo posible, os diré que la composición de la leche materna es lo más cercano a la magia que he podido conocer en todos mis años dedicados a la ciencia. Una alquimia de nutrientes en constante transformación, que se adapta a las necesidades del bebé de una forma tan eficaz y tan precisa que es literalmente IRREPRODUCIBLE. Por mucha tecnología que nos empeñemos en utilizar, no llegamos ni a acercarnos a todos los misterios que encierra esta parte de nuestra biología.

De modo que, como no hay nada que comparar en cuanto a la alimentación del bebé, voy a comenzar por contaros todas esas otras cosas que suponen amamantar.

No os preocupeis, seguiremos hablando de toda esa magia que hay en la leche más adelante. Solo es que hoy vamos a hablar de otra.

LA LACTANCIA MATERNA ES PARTE DE LA SEXUALIDAD FEMENINA

Siempre que se pronuncia esta frase hay alguien que se sorprende o hasta se escandaliza por mezclar crianza con sexualidad.

Para empezar, cabe aclarar que me estoy refiriendo a su sentido más amplio como parte de nuestra IDENTIDAD; que se ve frecuentemente invisibilizada a golpe de estigmas, tabús y juicios.

La lactancia depende de organos sexuales, su neurofisiología depende de hormonas que regulan los procesos sexuales y además es un eslabón importante del proceso reproductivo del que, salvo intervención externa, depende la supervivencia de cualquier especie mamifera. Pero además de todo esto, cuando amamantamos hay una búsqueda de bienestar a través del contacto con el otro. Para ello utilizamos sentidos y órganos que solemos tener muy olvidados, como son el TACTO y la PIEL. Así que no os preocupeis que yo, de lo que realmente voy a hablaros, es del cuerpo.

Ese contacto desde el cuerpo que te da el poder de calmar a tu bebé, de hacerle sentir bien, de protegerle y acogerlo fomentando una forma de comunicarse a través de la piel es algo que instintivamente esperamos que ocurra.

El TACTO es un sentido que nuestros bebés tienen a flor de piel y que el cuerpo de la madre recupera de repente a base de las enormes cantidades de oxitocina que se liberan durante el parto. Es como si el cuerpo recuperase su capacidad adormecida de comunicarse.

Cuando el bienestar que produce la sensación de amamantar a tu bebé se ve interrumpido por alguna dificultad, la vivencia más frecuente es la de que algo falla…que YO FALLO. Pues realmente lo que está fallando o se está viendo interrumpido es esa comunicación a través del sentido del tacto a la que tan poco valor le damos.

Esa sensación de desconexión nos lleva por el rail mental que nos invita a pensar que NO SOMOS SUFICIENTES. No es gratuito llegar a creerse esta especie de espejismo que nos plantea nuestra cabeza, como no lo son ninguna de las creencias limitantes que cargamos en nuestra vida.

Nuestra vivencia de la lactancia va a depender en gran parte de nuestro diálogo interno y de la relación que hayamos establecido con nuestro cuerpo.

Cuando las situaciones se ponen difíciles, cargar con esta creencia de no ser suficiente nos invita a transitar esta nueva culpa. Si se le ocurre aparecer, y sabiendo que es sólo un espejismo, puedes contestarle que no sólo eres SUFICIENTE sino que eres INSUSTITUIBLE.

El contacto es un motivo importante por el que muchas mujeres SE EMPEÑAN en dar la teta a pesar de las dificultades. Puede que para los demás no tenga mucho sentido pero es algo tan instintivo y primario como lo es nuestra naturaleza mamífera.

Dependerá mucho del entorno, de sus creencias y de la empatía que tengan el que comprendan esta NECESIDAD DE LA MADRE; que la apoyen o la hagan sentirse en conflicto.

Son frecuentes los relatos sobre bebés perfectamente alimentados con fórmula cuando una mujer busca ayuda para resolver un problema en la lactancia. Se centra todo el discurso en la alimentación del bebé, olvidándonos de que la madre tiene una necesidad instintiva de conexión con su criatura expresada en su deseo de amamantar.

Estos relatos pueden ser ciertos, los bebés se pueden alimentar con fórmula, pero están totalmente alejados de la realidad que está viviendo una mujer que, además de alimentar, quiere establecer esa comunicación a través de la piel, ese bienestar, esa conexión a través del cuerpo que supone la lactancia materna.

La frustración que genera esta dificultad en la madre no es atendida en absoluto cuando aparece. En lugar de respuesta o acompañamiento a esa pérdida recibe un desvío en la argumentación basado en la obviedad de que la alimentación es prioritaria. Esta respuesta no solo no es un alivio, sino que se convierte en una especie de disparo con silenciador que  acalla esa necesidad a base de ignorarla.

Como veis, el cuerpo habla y podemos escucharlo, incluso responderle, sin que esté reñido con atender otras necesidades

LA LACTANCIA ES UN ABRAZO

Es de sobra conocido que la succión es el mecanismo de consuelo más primario que tiene el ser humano. Incluso antes de nacer, ya succionamos, ya nos chupamos el pulgar…

Sin embargo se sigue tachando de inadecuada la succión que no tiene como finalidad alimentar.

Cuando un bebé realiza SUCCIÓN NO NUTRITIVA, se suele decir a la madre que la está usando de chupete y que no permita eso porque se malacostumbran.

Tanto es así que he tenido en la consulta a bebés prematuros a los que no han permitido a sus madres realizar SUCCIÓN NO NUTRITIVA durante su estancia en neonatos porque: “no tiene sentido ponerlos al pecho si no son capaces de realizar una succión eficaz”

Pues con esa predisposición, ni son capaces ni lo serán; ya que la eficacia de la succión es un proceso madurativo que ellos aún no han completado. Pero, además, se les está negando el mayor mecanismo de regulación emocional que tienen en una situación tan estresante como un ingreso hospitalario con horas, días, semanas de vida.

Esa idea de que tu bebé TE USA viene a parecerse a la de que TE MANIPULA.

Para evitar esta malinterpretación que hacemos los adultos de la necesidad de los bebés y que las madres tengan claro que los trozos de plástico que les ofrecemos son un intento moderno de engañarlos un rato para que nos den un respiro, yo a esta succión la llamo SUCCIÓN AFECTIVA.

Es la llamada del abrazo, el calor y la protección de mamá.

Esta es la misma necesidad que más adelante hará que un niño pida teta cuando se cae, cuando está nervioso, cuando se siente mal, o cuando quiere conciliar el sueño… es la necesidad del ABRAZO DE MAMÁ que me haga sentir seguro y me ayude a regularme desde la confianza.

En cuanto a lo de usarte…pues más les vale cuando sobrevivir depende de ello. Así que te van a usar en todas las formas posibles hasta que lleguen a la edad adulta (incluso mucho después de serlo). Básicamente mientras sigais siendo sus madres.

¿Quien deja de necesitar ese tipo de abrazo que te haga sentir a salvo alguna vez?

LA LACTANCIA ES VÍNCULO

Tras un viaje de nueve meses donde nuestro cuerpo ha sido uno, el parto da lugar a dos seres físicamente separados pero simbióticamente FUSIONADOS. Tanto es así que nuestros bebés no empiezan a tomar conciencia de que son algo separado del cuerpo de su madre hasta los 9-10 meses de vida.

La forma en la que nos relacionamos con nuestros bebés, en la que respondemos a sus necesidades, va dejando en ellos la impronta de poderosos mensajes que vamos marcando desde lo no verbal.

La lactancia está cargada de toda esta información NO VERBAL: el tono de voz que utilizamos, la rapidez en la respuesta a su demanda, la mirada, la actitud corporal…; es una forma de relación.

Sin decir una sola palabra puedes enseñarle a tu bebé que sus necesidades son importantes o no, que cuando pida ayuda será escuchado o no, que las pautas las marcan sus sensaciones corporales o un patrón externo, que el mundo es un lugar seguro u hostil; o que puede tener confianza en la vida o temerla.

Mediante la lactancia nos relacionamos con nuestro bebé desde su necesidad más básica de supervivencia, donde su llanto y su demanda requieren respuesta inmediata, hasta otras formas más complejas, donde aprendemos dónde están los límites del otro a través de nuestros NO.

Los miedos infundados sobre la lactancia prolongada y la falta de límites también desaparecen cuando comprendes que es un proceso que se transforma conforme se transforma vuestro vinculo.

Los límites deberán irse estableciendo conforme la etapa y la madurez de tu bebé lo vayan permitiendo y en función de vuestras prioridades.

El cuerpo de nuestra madre es nuestra primera relación. Aprendemos a respetar al otro desde que vamos siendo conscientes de que todas las necesidades son importantes, las mías y las tuyas.

¿Y QUIÉN NO DA LA TETA?

Pues quien no da la teta tiene todo el resto de su piel para hacer lo mismo. Puede abrazar y responder a lo que su bebé necesita con el mismo amor que quien amamanta.

Muchas veces se cae en el error de juzgar a las madres que no amamantan esgrimiendo estos argumentos. Se cae en el determinismo de que nuestras diversas circunstancias van a causar daños irreparables a nuestros bebés, de que les estamos negando nuestro amor o nuestros cuidados.

Ese discurso es muy cruel, causa mucho sufrimiento y, además, no es cierto.

Tanto si es nuestra elección como si se han presentado dificultades que no se han podido o sabido resolver a tiempo, ninguna de estas cuestiones debe servir para culpabilizar a las madres.

Saberlo ayuda a las madres que lo desean a dejar de escuchar mensajes contradictorios que las hacen dudar sobre lo que quieren y lo que sienten, que muchas veces las hace abandonar la lactancia sin que sea su deseo o que hace que esta fracase.

Saberlo también ayuda a todas esas madres que han elegido otras opciones a centrarse en la importancia de todo lo que va más allá de la forma de alimentar, a disfrutar del piel con piel, a no creerse que sus bebés las manipulan, a no aceptar el discurso cínico que te hace sentir peor madre a la vez que te invita a desconectarte de tu bebé.

La lactancia es una herramienta potente y conservada para el vínculo pero no es la única. La vida siempre tiene un plan B (y C, D…..hasta W si te apuras)

Con respecto a la eterna polémica y transmisión de culpas que marcan la lactancia artificial como el camino fácil que toman las madres despreocupadas os diré que la lactancia artificial no es fácil, así como no lo son muchas de las circunstancias que te llevan a ella.

Mientras que sigo escribiendo para profundizar en este tema, os recomiendo el enlace de LactApp sobre esta forma de ofrecer el biberón:

El método Kassing de alimentación con biberón busca, precisamente, dar respuesta a todo eso que es la lactancia independientemente de la leche.

Y tambien os recomiendo el artículo de Ibone Olza sobre dar el biberón como si fuera el pecho:

En la base de la mayoría de debates y discusiones sobre lactancia que he podido presenciar, el conflicto no está en la leche. Suele estar más bien en la DEMANDA y en la PRESENCIA que requiere un bebé.

La mayor necesidad de nuestros bebés va a seguir siendo la de nuestro TIEMPO y de una dedicación tan intensa, que llega a sobrepasarnos cuando nos damos cuenta de que no nos alcanza el día para hacer NADA más.

Entendiendo que no hay biberón que pueda arreglar esto, desaparece el discurso del camino fácil.

No es fácil criar.

No es fácil sentirse insustituible en un momento de tanta intensidad.

No es fácil levantarse a las 3 de la madrugada, así en general.

No es fácil debatirse entre lo que piensas y lo que sientes en un constante bombardeo de información.

Tampoco es fácil tomar decisiones desde tanta incertidumbre y con el peso del juicio perpetuo.

Encontrar tu forma es el reto que te llevará a esa cima desde donde las vistas han merecido el esfuerzo, nunca la pena, de escucharte por encima de todo ese murmullo de fondo.

“LA LACTANCIA ES MÁS QUE ALIMENTO PORQUE TÚ ERES MÁS QUE ESO.”

“ERES INSUSTITUIBLE INDEPENDIENTEMENTE DE TUS ELECCIONES Y CIRCUNSTANCIAS.”

“TÚ ERES TODO LO QUE NECESITA TU BEBÉ.”

Artículo Publicado el 26 de Agosto de 2022 (editado el 01 de Febrero de 2023)

This Post Has 5 Comments

  1. Mercedes Lazo

    Un articulo muy bueno e inteligente escriito con mucha profesionalidad por su autora. Lo recomiendo por su gran importancia y aprendizaje que nos deja

  2. María José León

    Me han encantado tus palabras. Cómo siempre escritas desde el corazón y desde tu profesionalidad. Muchas gracias por tanto. Por favor no dejes de escribir

  3. Hortensia

    Elia, ¡me parecen tan necesarias tus palabras! Gracias por poner el foco en aspectos tan importantes como la corporalidad, las necesidades afectivas del bebé, la culpa eterna de las madres.
    ¡Me encanta el término “succión afectiva”! Voy a llamarlo así de ahora en adelante (citando la autoría 😜).
    Gracias por este artículo, por la belleza de tus palabras.
    Un abrazo,
    Hortensia

  4. Elisa

    ¡Me encantó tu artículo! Ojalá y se haga viral. Coincido contigo en que la lactancia materna es más que amamantar…es ese espacio donde el bebé se siente seguro y amado…aspectos tan necesarios para su desarrollo emocional.
    Espero que pronto me salte la alerta de un nuevo artículo.

  5. Anabel

    Gran artículo. Es de las pocas veces que leo algo relacionado con la lactancia materna donde no se estigmatiza a la mujer por no dar el pecho, cualquiera que sea la causa. Nadie es más o menos madre por esa razón, pero así es como te hacen sentir desde que das a luz, como si fuera tu obligación alimentar de cierta manera, y si te sales del camino ya no sirves. Tienes que justificarte en todo momento y sí, duele, y sí, te hacen sentir mal, y sí, te sientes como dices en el artículo, que estás fallando..
    Habría que dar menos “consejos” y tener más empatía con la mujer que acaba de parir, y leyendo tu artículo creo que vamos por el camino correcto 😉
    Y, copiandote una de tus frases, “criar no es fácil”, y va mucho más allá de alimentar.
    Gracias por tus palabras

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