SUFICIENTE

SUFICIENTE

“Siento que mi bebé se queda con hambre. No sé si mi leche es suficiente”

Uno de los temas recurrentes en las consultas es la sombra de la duda sobre “cómo saber CUÁNTO está comiendo un bebé amamantado y si es suficiente para su correcto crecimiento y desarrollo”.

Sentada frente a se madre llena de dudas, siempre viene a mi cabeza esta frase a modo de susurro “UNO DE LOS MAYORES ENEMIGOS DEL AMAMANTAMIENTO ES QUE EL PECHO NO SEA TRANSPARENTE”. 

Llegó a mi de la mano de Concha de Alba, en un curso de lactancia para profesionales sanitarias organizado por Carmela Baeza en el Centro Raíces. Después de aquel encuentro con estas grandes maestras de la lactancia materna, me atreví a transformar la agenda para darle cabida a la atención de las dificultades que presentaba la diada madre-lactante; algo que hacía en mis ratos de descanso o antes de empezar la consulta de forma oficial.

Siempre que se repite esta frase, se dibuja en mi cara una sonrisa de agradecimiento por aquel impulso a crear un espacio que también fuera SUFICIENTE, que le diera un lugar a la lactancia fuera del voluntariado, la clandestinidad y los márgenes del TIEMPO  al que nos empujaba, en este caso, la RUEDA imparable de la consulta a demanda.

Su magia reside en invitarte a comprender que gran parte del problema surge de la necesidad de control llevada al extremo y de la inseguridad que generan los procesos que tienen que ver con el cuerpo. Ya abordamos unas pinceladas del origen en el anterior artículo dedicado a las 3 HORAS, que te recomiendo que leas especialmente si esta frase te descoloca.

Amamantar a un bebé puede ser el acto más incoherente en la sociedad de la prisa. La sociedad de la razón absoluta que ha conseguido medirlo casi todo, catalogando lo no medible como irreal.

HIPOGALACTIA

Cuando hablamos de hipogalactia, o producción insuficiente de leche por la glándula mamaria, lo primero que viene a nuestra cabeza, casi a modo de resorte, es el dato objetivo de que su prevalencia es del 5 %.

Esto, traducido a lenguaje entendible por todos, significa que las causas por las que una mujer no pueda producir leche son muy pocas y muy infrecuentes.

Sin embargo, la hipogalactia está entre los 5 primeros motivos de consulta a los profesionales sanitarios y entre los principales motivos de abandono de la lactancia materna en estadísticas realizadas en diferentes países con diferentes situaciones sociodemográficas y condicionantes culturales o económicos (Li 2008, Díaz-Gómez 2016)

¿Cómo puede algo raro y excepcional convertirse en el principal motivo de “lo que sea”? Esta pregunta recurrente ha traído de cabeza a muchos investigadores que pretendían entender la epidemia de hipogalactias que comenzó en el S. XX y llega hasta nuestros días en forma de frases como la que encabeza este post.

Intentando dar respuesta a lo que ocurría llegaron las clasificaciones clásicas donde se intentaba distinguir entre lo objetivo y lo subjetivo, entre hipogalactias REALES y PERCIBIDAS. A mí particularmente no me gusta porque, aunque se entiende fácilmente el sentido de intentar definir lo que ocurre, invita a caer en el error de infravalorar todas las causas que no son estrictamente físicas o las que dependan del bebé al que, en este caso, estaríamos sacando de la ecuación intentando entender el cuerpo de la madre por separado.

La palabra percibida invita a asumir que se debe a la subjetividad de la madre, abre la puerta al sesgo de género en medicina y a que podamos considerarla un motivo menor de consulta agarrándonos a la prevalencia del 5%.

En contraposición a la palabra REAL, es fácil llegar a la conclusión de que no hay nada que hacer al respecto. Podríamos salir de la consulta por la puerta comodín “ESO VA A SER PSICOLÓGICO”, el cajón desastre donde se almacenan todas las situaciones para las que no hay una respuesta sencilla.

Respuestas como “es que estás nerviosa”, “tú ponlo a la teta” o “ya te subirá la leche” tienen un efecto similar al de “alegra esa cara” si tienes una depresión mayor o “tranquilízate” en medio de un ataque de ansiedad.

Para alejarnos de esos caminos sin salida, cambiamos a un concepto más amplio y de los que más miedo puede producir en el mundo sanitario: MULTIFACTORIAL, un jardín de causas diferentes, entrelazadas entre si, que hay que ir descartando o relacionando una a una como si fuese un rompecabezas y que requiere un tiempo del que generalmente no disponemos en una consulta.

Miro el reloj, reajusto mentalmente la agenda de pacientes para rascarle minutos; sabiendo que hoy también iré con retraso porque, para formar este rompecabezas, toca valorar a un bebé, a su madre y a su realidad como diada fusionada dentro de un entorno.

CAUSAS DE HIPOGALACTIA

En primer lugar y antes de abrir la carpeta “hipogalactia” hay que aclarar un concepto fundamental

“LA LECHE MATERNA DE MALA CALIDAD, QUE SE CONVIERTE EN AGUA DEJANDO DE ALIMENTAR A LOS BEBÉS, NO EXISTE”

El discurso de la MALA LECHE, merece una segunda parte y un post propio que no tardaré en subir.

Una vez aclarado esto, ahora sí, pasemos a la CANTIDAD:

1. LAS QUE DEPENDEN DE LA GLANDULA:

  • HIPOPLASIA PRIMARIA CONGÉNITA
  • HIPOPLASIA SECUNDARIA (MAMOPLASTIA, RADIOTERAPIA,…)

Situaciones en las que hay muy poco tejido mamario y la producción de leche se ve comprometida.

 2. LAS QUE DEPENDEN DE SU FUNCIONAMIENTO

  • COMPROMISO EN LA IRRIGACION/INERVACION (Cirugías, Traumatismos en la zona…)
  • ALTERACIÓN DEL EJE HORMONAL

           – DÉFICIT CONGÉNITO DE PROLACTINA

           – SINDROME DE SHEEHAN

           – SINDROME DEL OVARIO POLIQUÍSTICO

           – TRASTORNOS TIROIDEOS (Hipotiroidismo)

           – OCUPACIÓN DEL ÚTERO QUE DIFICULTE SU INVOLUCIÓN POSTPARTO (retención de restos placentarios, hematoma, endometritis…)

           – FÁRMACOS QUE INTERFIERAN EN LA REGULACION DEL EJE HORMONAL (ACO combinados, corticoides…) 

3. SITUACIONES QUE RETRASAN EL INICIO DE LA LACTOGÉNESIS II

  • DIABETES INSULINODEPENDIENTE
  • OBESIDAD
  • FÁRMACOS UTILIZADOS DURANTE EL PARTO

4.SITUACIONES QUE CONDICIONAN SU AUTORREGULACIÓN

  • SEPARACIÓN
  • VACIAMIENTO INEFICAZ

           – DIFICULTADES DE SUCCIÓN DEL BEBÉ (prematuridad, enfermedad, anquiloglosia,…)

           – DIFICULTADES EN LA TÉCNICA DE LACTANCIA (agarre y postura)

           – PATRONES RÍGIDOS CON RETRICCIÓN DE TOMAS Y HORARIOS

  • INHIBICIÓN DEL REFLEJO DE EYECCIÓN (Dolor, estrés, agotamiento físico)
  • NUEVO EMBARAZO

LAS CRISIS DE LACTANCIA DE LAS MADRES

Existen las crisis relacionadas con los brotes de crecimiento del bebé, en las que hay un aumento de la demanda muy intenso encaminado a regular la producción en función de la mayor cantidad de leche que necesitan tomar conforme crecen.

Esta situación, en la que puedes llevarte horas enlazando tomas sin poder hacer otra cosa en todo el día, suele coincidir con esos momentos en los que, de repente, ya no le cabe un pijama que le habías puesto ayer. Sucede por primera vez sobre los 15 días de vida y se va repitiendo más o menos cada 4-6 semanas.

Por suerte ya se habla mucho de ellas porque han sido un motivo muy importante de abandono de la lactancia materna por interpretarlo como una retirada abrupta de la leche que lleva a la suplementación innecesaria o incluso al destete inmediato.

Sin embargo, de lo que casi no se habla, es de todas esas situaciones que inhiben el reflejo de eyección a causa del aumento de cortisol en la madre y que, aunque no son una falta de producción en sí mismas, disminuyen la excreción de leche.

Estas causas son principalmente el dolor, el estrés y el agotamiento físico. Por eso yo las llamo CRISIS DE LACTANCIA POR FALTA DE CUIDADOS A LA MADRE.

Aquí empieza a haber un nexo de unión entre lo objetivo que supone que sean causas físicas y la subjetividad que le atribuimos a estos síntomas que son difíciles de medir.

A las dificultades que supone la variabilidad individual de estos síntomas, se unen los prejuicios y miedos infundados con respecto a posibles efectos tóxicos para el bebé por transmisión de los fármacos utilizados en su tratamiento a través de la leche materna.

No hay excusa para dejar de tratar el dolor durante el posparto y mucho menos escudándose en la incompatibilidad de los fármacos con la lactancia materna.

Disponemos de un amplio abanico de posibilidades en todos los escalones del tratamiento del dolor que son compatibles con la lactancia materna. En caso de dudas con alguno concreto, os aconsejo consultar la página e-lactancia.org

Tampoco la hay para normalizar el agotamiento físico bajo la premisa de que ese amor incondicional es un bálsamo milagroso que te mantiene inmune frente a las mínimas necesidades y te hace sobrehumana.

No conozco ningún otro proceso de recuperación donde se asuma esa obligación de retomar tu rutina habitual como, si de alguna forma, intentásemos aparentar que no ha ocurrido NADA.

“Estas tan bien que ni siquiera parece que hayas parido”

Y sosteniéndote para que lo parezca, poniendo toda tu energía en alcanzar el ideal de la multitarea eficiente, llevas a tu cuerpo a la tesitura de intentar sobrevivir.

 ¿Sabes que elige un cuerpo entre sobrevivir y realizar cualquier otra función? Para nuestra suerte, siempre elige sobrevivir.

Así llegamos a la parte compleja del puzzle, que nos saca de la cuadrícula como un cuadro de Dalí, para adentrarnos en lo profundo de las emociones que supone el océano del posparto.

¿Es que acaso hay algo más real que lo que alguien percibe o siente?

LA REALIDAD DE LO “PSICOLÓGICO”

Durante el embarazo, el parto y el posparto se produce un proceso psicológico llamado transparencia psíquica que es como una ventana a tu mundo interno, tus vivencias y las referencias sobre las que has construido tu identidad; con sus luces y sus sombras.

Mientras nuestro cerebro busca las referencias para construir la nueva capa que supone la identidad materna, afloran esos recuerdos de infancia que atesoramos, esos modelos de apego que pudimos vivir pero también los posibles traumas, heridas o vacíos emocionales que llevemos a cuestas.

Este proceso genera una situación de vulnerabilidad muy real que merece que nos tomemos muy en serio.

Si no existe excusa para dejar de tratar el dolor físico, mucho menos para dejar de tratar el sufrimiento psíquico y que la incompatibilidad de los tratamientos con la lactancia materna sea el argumento. Nuevamente a e-lactancia.org os remito para que podáis comprobar el arsenal terapéutico compatible con la lactancia materna que hay disponible en la actualidad.

Además de leche, en la lactancia materna hay grandes dosis de cuerpo. Puede ser el hilo que te conecta a tu bebé en medio de esa tormenta de emociones pero también el hilo que te conecta con alguna de esas partes de ti que no te gustan tanto.

Las heridas y los traumas son muy personales para generalizarlos en un post. Así que me limitaré a señalar que algunas de ellas nos conducen a percibir la realidad de una forma distorsionada y que nos limita. Esa percepción, a base de repeticiones, se transforma en una idea muy rígida hasta que terminamos creyendo que es una verdad absoluta e imposible de cambiar. Por eso se llaman creencias limitantes.

De las muchas creencias limitantes que podemos cargar en la mochila, la que hoy nos ocupa es la de NO SER SUFICIENTE.

Todos podemos cargar con el peso de sentir que hagas lo que hagas siempre hay un algo más al que no llegas.

Siendo mujer en la relación con tu propio cuerpo, has recibido un bombardeo constante de información que te recuerda que nunca eres suficientemente guapa, alta, delgada, exitosa, trabajadora, eficiente… y, en definitiva, perfecta como para merecer el amor de los demás.

Siempre hay un ranking y una nota de corte que alcanzar para la que la maternidad se convierte en objetivo priorizado.

¿Qué pasa entonces si la lactancia es uno de esos estándares que marcan si soy o no merecedora y además cargo con la losa de no sentirme suficiente?

Pues que puedo llegar a presionarme y a estresarme tanto que inhiba mi reflejo de eyección sin que ni siquiera exista otra dificultad. Así que imagínate que exista, o que sean varias de ellas entrelazadas formando un rompecabezas al que nadie le da respuesta. Imagínate que, además, la respuesta es que no ocurre nada y que serás tú…

Aquí es dónde volvemos al punto de partida. Desde el momento en que el problema eres tú, cobra toda su fuerza el discurso que equipara tu capacidad de amamantar a una extensión de tu capacidad como madre.

SUFICIENTEMENTE BUENA

Como ya os he explicado antes, una creencia es una construcción que quiere parecer una verdad absoluta pero no lo es. Es lo más parecido a un espejismo.

Nunca podremos dejar de agradecerle a Winnicott su concepto de “madre suficientemente buena”, que desmonta la imposición de perfección en la maternidad.

Él nos explica que nuestros bebés no necesitan de nosotras que seamos perfectas, necesitan que seamos reales, que estemos presentes y acompañemos su desarrollo.

Pero lo más maravilloso de la aportación de Winnicott, más allá de cargarse el ideal de perfección, es su señalamiento hacia la necesidad que tenemos todas las madres de contar con una red que nos sostenga… “no hay madre capaz de cumplir con todos los requerimientos del bebé en sus primeras etapas, si no hay un padre o un 3º que haga la función de contener a esa madre”

En realidad es necesaria toda una tribu para criar a un bebé y eso es lo que se ha vuelto claramente insuficiente en nuestro tiempo.

A partir de aquí comienza a desmontarse el espejismo y le devolvemos al conjunto toda la carga que se ha depositado en esa mujer que ha llegado hasta nosotros con una petición de ayuda expresada en su angustia sobre si “será suficiente”.

Descargadas de culpas que no son nuestras, toca buscar lo que ocurre y plantear soluciones alcanzables paso a paso. Soltar expectativas, ajustarnos al ritmo de esa danza que se genera en cada diada. Escuchar los sí y los no que van marcando el camino con la única certeza de que el éxito no se mide en ml (Casar 2018) sino en esa conexión que se crea entre ellos que es MÁS QUE LECHE.

No podemos medir el amor y, de verdad, espero que no consigamos medirlo nunca.

Abrazando la incertidumbre del resultado, sólo nos queda disfrutar del proceso sabiendo que:

“NO ES QUE SEAS SUFICIENTE, ES QUE ERES INSUSTITUIBLE”

Artículo publicado el 30 de Enero de 2023 (editado el 29 de Marzo de 2023)

REFERENCIAS BIBILOGRÁFICAS:

Alba Romero, C., Aler Gay, I., Olza Fernández, I. (2012). Maternidad y Salud. Ciencia, Conciencia y Experiencia. Informes, estudios e investigación 2012. Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Gobierno de España.

https://www.sanidad.gob.es/organizacion/sns/planCalidadSNS/pdf/maternidadSaludCiencia.pdf (recuperado de la red)

 Casar-Uhl, D. (2018) Breastfeeding with Hypoplasia: Insufficient GlandularTissue. [Post en blog] Recuperado de:

https://www.llli.org/breastfeeding-with-hypoplasia-insufficient-glandular-tissue/

Dewey K. G. (2001). Maternal and fetal stress are associated with impaired lactogenesis in humans. The Journal of nutrition, 131(11), 3012S–5S.

https://doi.org/10.1093/jn/131.11.3012S

Díaz-Gómez, N. M., Ruzafa-Martínez, M., Ares, S., Espiga, I., De Alba, C. (2016). Motivaciones y barreras percibidas por las mujeres españolas en relación a la lactancia materna. Revista Española de Salud Pública90, e40016. Epub 07 de junio de 2021. Recuperado de:

http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1135-57272016000100416&lng=es&tlng=es.

Evans, A., Marinelli, K. A., Taylor, J. S., & Academy of Breastfeeding Medicine(2014). ABM clinical protocol #2: Guidelines for hospital discharge of the breastfeeding term newborn and mother: “The going home protocol,” revised 2014. Breastfeeding medicine : the official journal of the Academy of Breastfeeding Medicine, 9(1), 3–8.

https://doi.org/10.1089/bfm.2014.9996

Hartmann, P. E., & Kulski, J. K. (1978). Changes in the composition of the mammary secretion of women after abrupt termination of breast feeding. The Journal of physiology, 275, 1–11.

https://doi.org/10.1113/jphysiol.1978.sp012173

Hill, P. D., & Humenick, S. S. (1989). Insufficient milk supply. Image–the journal of nursing scholarship, 21(3), 145–148.

https://doi.org/10.1111/j.1547-5069.1989.tb00120.x

Li R, Fein SB, Chen J, Grummer-Strawn LM. Why mothers stop breastfeeding: mothers’ self-reported reasons for stopping during the first year. Pediatrics. 2008 Oct;122 Suppl 2:S69-76.

https://doi.org/10.1542/peds.2008-1315i

Marasco, L., West, D. (2ª edic) (2019). Making more milk: the breastfeeding guide to increase your milk production. McGraw Hill Book Co

https://www.mhprofessional.com/making-more-milk-the-breastfeeding-guide-to-increasing-your-milk-production-second-edition-9781260031157-usa (recuperado de la red)

Winnicott D.W. (1988) Los bebés y sus madres. Ediciones Paidós

https://www.planetadelibros.com/libro-los-bebes-y-sus-madres/343599#soporte/347267 (recuperado de la red)

This Post Has 6 Comments

  1. Ana

    Enhorabuena por el artículo. No me cansaré de decir que la atención a la madre es casi, por no decir igual, de importante que la del bebé. Hace falta muchos más profesionales que asesoren desde el minuto uno. Si la mamá no está bien, el bebé no puede estarlo. Felicidades por tu empatía con las mamis

    1. Estamos fusionadas con nuestros bebés durante mucho tiempo. Por suerte, una vez que lo entiendes, ya no puedes dejar de verlo así. Gracias

  2. María José León

    Muchas gracias por este artículo. Como madre es cierto que te sientes muy sola y abandonada sin saber qué hacer en muchos casos y con ganas de tirar la toalla. Menos mal que hay grandes profesionales de la salud como tú que nos apoyan. Mil gracias siempre!!!

    1. Gracias a vosotros por vuestra confianza y por permitirme acompañaros en vuestra aventura

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